A lo largo de la historia el Escudo de Ntra. Señora de la Merced ha sido presentado en mil formas y expresiones. Los hay clásicos, modernos, vanguardistas; todos expresan el hondo compromiso con la libertad.

El Escudo Parroquial




DESCRIPCIÓN

El escudo tiene siete elementos: Un cuartel superior de oro con cuatro palos gules y cinco palos oro con una cruz de plata en el centro; un segundo cuartel inferior sobre la izquierda color celeste y blanco, un tercer cuartel inferior sobre la derecha, color plata con la sigla ART, separado del segundo por un cetro de mando, la corona real en la parte superior, las cadenas abiertas sobre los laterales y dos ramos de laureles en la parte inferior del escudo.


LOS COLORES DEL ESCUDO DE LA PARROQUIA

El escudo contiene los dos metales más nobles de la heráldica y el color más hermoso empleado en los blasones: El oro y la plata y los gules (rojos).
Cada uno entraña un simbolismo y una exigencia:

El oro significa amor a Dios y al prójimo e implica benignidad, nobleza y grandeza espiritual. Según la heráldica, quien tiene este color en su escudo, está obligado a hacer el bien a los pobres.

El argén, luna, perla o plata comporta un reto de inocencia y es signo de pureza y quien lo lleva en su escudo, habrá de amparar a los huérfanos. Este esmalte heráldico es un signo de pureza, integridad, obediencia, firmeza, vigilancia, elocuencia y vencimiento.

Los gules (rojo) invitan al amor, a la caridad y al sacrificio llevado hasta el heroísmo. Quien tomada este color para su escudo, está obligado a socorrer, amparar y defender a los injustamente oprimidos.

También se pueden contemplar los siguientes colores con el correspondiente significado heráldico:

El color verde, al cual la heráldica denomina “sinople”, representa la renovación en la naturaleza, lo que nace, la superación de la visión intelectual, la esperanza, la verdadera libertad asumiendo las leyes universales. Quien lleve este color en su escudo estará obligado a socorrer a los huérfanos y pobres que se encuentren oprimidos.

 

SIGNIFICADO DE LAS PARTES DEL ESCUDO

 

El cuartel con los cuatro palos de gules

El palo, heráldicamente, es símbolo de la lanza del caballero y era concedido por un Príncipe o Rey a raíz de actos de arrojo o heroísmo, en batallas o guerras. Este fue el caso de los Condes de Barcelona que lo usan en su escudo desde el Siglo IX. En el siglo XII Ramón Berengner IV, Conde de Barcelona, llamado el Santo por sus costumbres puras y amor a la Justicia y a la Iglesia, se casó con la heredera del trono de Aragón (la infanta Petronila) y cuando fue Rey de este lugar incorporó el escudo de los cuatro palos rojos de sus antepasados al escudo real de Aragón. El rey Ramón y la reina Petronila fueron los bisabuelos de Jaime I de Aragón.

El Rey Jaime I, entusiasta colaborador de la Orden de la Merced, presente en su fundación en la catedral de Barcelona el día 10 de agosto de 1218, regaló a la Orden su escudo como expresión de su apoyo a la obra redentora. El escudo se convirtió entonces en pasaporte real más allá de las fronteras a la hora de ir a las redenciones y mostrar credenciales de autoridad. Por eso se verá muchas veces el escudo coronado con la corona real.

La orden es Real por que nace en presencia del Rey de España, es celestial por que es un trabajo en nombre de Dios y de la Iglesia y Militar por que la exigencia del momento así lo estipulaba.

Los cuatros palos gules o rojo sangre en el escudo de la corona de Aragón, tienen su origen, conforme a la tradición, cuando cayó gravemente herido Wifredo, el Velloso, fundador de la dinastía de los Condes de Barcelona, luchando contra los normandos y al servicio de Carlos, el Calvo, Emperador de los franceses entre los años 875 – 877.

Para premiar su valor en batalla, Carlos, el Calvo, le concedió en su lecho de campaña las armas heráldicas a él y a sus descendientes. Mojó los cuatro dedos de su mano derecha en la sangre que brotaba de su herida, los imprimió en la rodela dorada del Conde, y dejó marcadas las cuatro rayas rojas, que se han convertido en los cuatro palos gules o barras catalanas.

 La Cruz de Plata:

Es el emblema sacrosanto de Jesucristo, Rey de Reyes y por ello va colocada en el puesto principal.
La Cruz de Plata con los cuatro lados iguales, fue la enseña de los cruzados en la Edad Media y constituyó el hábito militar de todas las órdenes medievales, entre las que se encuentra la Merced. Fue la antigua insignia de la Catedral de Barcelona, concedida a los mercedarios el día de la fundación de la Orden, el día 10 de Agosto del año 1218 por el Obispo Don Berenguer de Palou. También es la misma cruz que Cristóbal Colón llevaba en el velamen de sus carabelas.
A la cruz están vinculados todos los hechos de la historia mercedaria, tanto los comunes y sencillos de la vida monástica, como los gloriosos y heroicos de las gestas redentoras, militares y misioneras.

 

La Corona Real:

Es un elemento heráldico de mayor distinción. Simboliza en heráldica, la realeza de las armas que llevan. Es divisa de Honor.
En resumen: Los 4 palos gules en campo de oro fueron trazados por un Rey como emblema de valor militar. La corona es pieza una heráldica y simboliza realeza. La Cruz es el emblema de Cristo.

La bandera argentina:

Representa al pueblo de la Nación Argentina y busca demostrar y exaltar su cariño y amor por la Patria y por la Virgen de las Mercedes. 

Las siglas ATR:

Los Padres Asuncionistas se hicieron cargo de la Parroquia en el año 1914. El lema y divisa de su peculiar carisma acuñado por el P. Manuel Dalzón (fundador de la congregación) es “Adveniat Regnum Tuum”. Su traducción del latín significa “Venga a Nosotros tu Reino”.

 
 
El Bastón o Cetro de Mando:

En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día de la Batalla de Tucumán, el General Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen.
Cuenta la tradición que al salir del templo para dar las últimas órdenes sobre la batalla, el general Manuel Belgrano se cruzó con unas damas tucumanas que iban también a pedir misericordia a la Virgen. Belgrano les dijo al pasar: “Pidan milagros señoras, que milagros hemos de necesitar hoy”.
Los españoles eran unos tres mil y los argentinos apenas mil ochocientos. Belgrano, puso su confianza en Dios y en Nuestra Señora de las Mercedes.
En esta batalla se decidía buena parte de la suerte de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El Ejército Argentino obtuvo la victoria. En el parte que transmitió al Gobierno, Belgrano hizo resaltar que la victoria se obtuvo el día de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se habían puesto las tropas.
El parte decía textualmente: ‘La Patria puede gloriarse de la completa victoria que han tenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos”.
El 27 de Octubre de 1812, el Gral. Belgrano cumplió voluntariamente su voto, durante la procesión con la imagen de la Virgen de la Merced, en el mismo Campo de las Carreras, cuyo suelo un mes antes había sido regado con la sangre de tantos mártires.
En agradecimiento por la victoria obtenida en la batalla de Tucumán, Manuel Belgrano se dirigió hacia las andas en que era conducida la Virgen las Mercedes, y haciéndola bajar hasta ponerla a nivel, le ofrendó su bastón de mando a la Virgen de la Merced, proclamándola a partir de entonces Patrona y Virgen Generala del Ejército Argentino.
El bastón de mando es una verdadera reliquia, que se conserva en el actual Camarín de la Virgen, junto a una réplica.

Las cadenas rotas:

Al fundar la orden Mercedaria, Don Jaime I, rey de Aragón, le concedió sus propias armas reales a los primeros 10 Religiosos. Al hacer el voto de redención, contraían delante de Dios el compromiso solemne y heroico de dar la propia libertad y la propia vida para redimir a los cautivos cristianos, que además de ser hijos de la Iglesia eran los ciudadanos de España, caídos en poder de los sarracenos enemigos. Las cadenas rotas /abiertas son una clara alusión a la búsqueda permanente de la libertad de los hombres cautivos y oprimidos.

Los laureles:

Ubicados en la parte inferior del escudo son símbolos heráldicos de victoria, triunfo y esperanza y evidencian la gloria militar adquirida en la Batalla de Tucumán.